Producción de madera en el Perú
Introducción
2. El mercado nacional
3. El transporte: Influencia en su comercialización
4. La transformación de la madera
5. Evolución de la producción y requerimientos de inversión
Introducción:
El territorio peruano tiene poco más de 74 millones de hectáreas de suelos productivos, de los cuales el 75% corresponden a suelos cuya capacidad de uso mayor es la producción forestal permanente. Sin embargo, la actividad forestal da cuenta de apenas el 1% del producto interno bruto, nivel que no refleja en lo más mínimo el potencial real del sector.
Las posibilidades de un desarrollo integral sostenible están basadas en una utilización industrial de los recursos forestales maderables. Una adecuada explotación de los bosques, junto con el desarrollo de plantaciones científicamente organizadas permitirá no sólo aprovechar la dinámica de crecimiento permanente de los árboles para transformarlos en innumerables bienes y servicios, sino también la creación y el fortalecimiento de ecosistemas que contribuyan a preservar y enriquecer el medio ambiente del planeta.
El Acuerdo Internacional de Maderas Tropicales, firmado en 1990, establece que a partir del ano 2000 el comercio de maderas tropicales se ha de realizar con especies provenientes de bosques en explotación. Este acuerdo firmado por Perú está en pleno proceso de renegociación y se espera que sea renovado e incluso extendido a las maderas de los bosques templados. Dentro de este contexto está en formación el Forest Stewardship Council (Congreso para la Explotación de Bosques), el cual pretende organizar un sistema de certificación sobre la explotación de los bosques.
El mercado nacional
En Perú existen más de 2.500 especies forestales, de las cuales alrededor de 250 han sido estudiadas para fines industriales. El comercio nacional de maderas se limita a apenas 120 especies maderables, de las cuales sólo 20 han sido debidamente estudiadas e identificadas, por lo que un elevado porcentaje de las maderas que se comercializan ingresan al mercado como maderas corrientes o robles.
Entre las especies que tienen valor comercial a escala industrial, así como una mayor demanda, destacan la caoba, el cedro, el tornillo, el ishpingo, la catahua, copaiba, la cumula y la moena como maderas de múltiples usos y la lupuna en la industria triplayera. La heterogeneidad de los bosques tropicales obliga, pues, al desarrollo de una estrategia integral que permita elevar el valor agregado generado por la industria maderera y llevar el actual aprovechamiento forestal de 6 metros cúbicos por hectárea a su aprovechamiento potencial de 40 metros cúbicos por hectárea. Como parte de esta estrategia se está intensificando el uso del bosque al incorporar 30 especies maderables menos conocidas al mercado de maderas con excelentes resultados, destacando entre aquéllas las siguientes: capirona, pumaquiro, congora (machinga), shihuahuaco, aguano masha, andiroba, cachimbo. Algunas de estas maderas son incluso excelentes substitutos de maderas finas como la caoba y el cedro.
Las últimas investigaciones realizadas Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), mientras el consumo de madera per cápita promedio en Iberoamérica asciende a 1,63 metros cúbicos anuales, en Perú es sólo de 0,6 metros cúbicos anuales, es decir, uno de los más bajos del continente. Esto se explica en parte por el deficiente consumo de madera en el sector de la construcción, aunque el consumo de madera se ha visto recientemente incrementado con la mayor difusión de la casa de tipo mixto (ladrillo-madera).
Sin embargo, estas deficiencias y la existencia de un déficit habitacional de un millón y medio de viviendas en el sector más pobre de la población abren inusitadas oportunidades de desarrollo para la industria maderera. La balanza comercial, en lo que se refiere a productos de madera, es negativa, y, aunque los volúmenes de importación no son muy altos, manifiestan la clara preferencia de los compradores por productos de mayor calidad y precios bajos o por productos que no se fabrican en el mercado interno.
Estos hechos muestran la existencia de una demanda abastecida exógenamente que, con un desarrollo industrial adecuado, podría ser fácilmente satisfecha con la producción nacional, capaz de abastecer a cada habitante de hasta 2,8 metros cúbicos anuales de madera en productos elaborados.
Según proyecciones elaboradas por organizaciones relacionadas a las industrias forestales han pronosticado que en Asia su producción disminuirá del 60% al 10%, y posiblemente los países Latinoamericanos incluyendo nuestro país generará un incremento en su producción debido a la exigente demanda.
Por el momento, muchas de las especies tropicales que se comercializan en el mercado interno peruano (caoba, cedro, cumula, congona y capirona) están ingresando con éxito en el mercado internacional.
Muchas industrias madereras peruanas actualmente están incrementado su producción exclusivamente para la elaboración de muebles. Y también vale recalcar los diferentes usos que se le da a la madera.
A continuación se puede observar en el gráfico datos estadísticos de la producción de madera en metros cúbicos en los anos 1991 y 1992..
El transporte: Influencia en su comercialización
El transporte ha influido mucho en la producción maderera ya que muy pocas empresas producen bienes finales en las zonas de extracción. Debido a que la industria de transformación secundaria se desarrolla principalmente en la ciudad de Lima, el costo del transporte de materia prima (madera aserrada) es muy elevado, representando entre el 25 y el 30% del precio de la misma puesta en su región de origen.
Hoy, el costo de transporte desde los centros de producción hasta los puertos de salida dentro de Perú es mayor que los precios pagados en otros países iberoamericanos del área. Así, mientras en Chile y Ecuador estos precios fluctúan entre 15 y 30 dólares por metro cúbico, el flete Pucallpa-Lima alcanza los 70 dólares por metro cúbico. Sin embargo, se espera que con el ambicioso y acelerado programa de reconstrucción de carreteras y de construcción de vías de penetración puesto en marcha, este costo disminuya sensiblemente como ya está ocurriendo.
La transformación de la madera
La industria maderera está comprendida casi en su totalidad por la transformación mecánica de madera rolliza de madera escuadrada, abarcando las líneas de aserrado, parqué, laminados y otros productos. Esta industria se abastece esencialmente de maderas provenientes de bosques tropicales y por ello se ubica en la región de la selva.
La transformación primaria presenta tres grandes ejes de desarrollo: Loreto, Ucayali y la selva central (la cual abarca, entre otras, las zonas de Oxapampa, Villa Rica, Pichanaky, Satipo, Masamari e Izcosazin). En estas áreas, el 95% de las actividades económicas gira en torno a la industria maderera.
Los procesos de transformación primaria cuentan con una maquinaria obsoleta y sobredimensionada y se realizan de forma independiente de la extracción, de manera que los industriales generalmente adquieren su materia prima a través de contratos con agentes extractores. La capacidad media instalada en los aserraderos asciende a 200.000-300.000 pt/mes; en la sierra, existen algunos aserraderos pequeños con una capacidad de producción combinada inferior a los 1.200 metros cúbicos/año, concentrados en el departamento de Junín. Estas pequeñas industrias producen carbón vegetal, madera aserrada, puntales para mina, muebles rústicos y postes preservados. En la costa norte existe pequeños aserraderos especializados en la fabricación de cajones de embalaje para frutas y en la producción de parqué; en razón de la existencia de veda forestal desde 1974.
La industria de transformación secundaria esta conformada por numerosas empresas madereras, pequeñas y medianas, cuyos productos (80% manufacturas y 20% muebles) abastecen principalmente al mercado nacional. Las 30 plantas más grandes de la industria del mueble se concentran en Lima. La industria del triplay está integrada por ocho empresas ubicadas en la selva: tres en Iquitos y cinco en Pucallpa, una de éstas perteneciente a un consorcio español. Su producción principal, destinada al mercado nacional, es de calidad BC y en espesores de 6, 9, 12, 15, 18 y 19 mm. Su capacidad instalada media asciende a 1.300 metros cúbicos al mes.
Evolución de la producción y requerimientos de inversión
En los últimos años, el crecimiento de la industria maderera se ha visto afectado por el terrorismo, el narcotráfico, la recesión económica y la depresión en el sector de la construcción, demandante del 60% de la madera para el mercado interno.
Los trabajos más serios de diagnóstico sobre la actual industria maderera nacional estiman que ésta representa, en valores de reposición, una inversión cercana a los 500 millones de dólares en maquinaria y equipos para la extracción forestal, transporte terrestre y fluvial, transformación mecánica primaria y de productos con valor agregado, terrenos y edificaciones industriales, plantas generadoras de energía térmica y redes de comercio nacional. En el 2004 la producción de madera rolliza ascendió a 1’042,353 metros cúbicos, una reducción del 25% respecto del nivel registrado el 2003, precisa un estudio del Centro de Investigación Empresarial (CIE) de Perucámaras tras agregar que en similar período la producción de madera aserrada ascendió a 599,597 metros cúbicos, un crecimiento del 13% respecto al año anterior.
Asimismo el CIE de Perucámaras revela que las principales regiones que producen madera rolliza son Ucayali, Loreto y Madre de Dios, que en conjunto contribuyen con el 71% de la producción nacional durante el 2004. Según el estudio, Ucayali aportó el 31% de la madera rolliza. Pese a que redujo en 1% su producción, el total registrado en este departamento es el mayor en el país. Loreto, por su parte, tiene una participación del 30% de la producción de madera rolliza, y registró un crecimiento del 14% respecto a los niveles del 2003.
La modernización del parque industrial maderero es fundamental para que el sector pueda enfrentar con éxito los requerimientos de calidad y producción constante que los mercados, tanto nacionales como internacionales exigen.
Finalmente, a manera de ejemplo, el CIE de PERUCÁMARAS menciona que Madre de Dios, además de venir presentando reducción de la participación de su producto forestal aserrado en el total nacional, también ha venido presentando desde 1994 una reducción de la participación de sus áreas reforestadas en el total de áreas reforestadas por año. De aprovecharse los recursos forestales con políticas óptimas, se registraría una mayor participación de la producción de madera aserrada de la región en el total nacional.
domingo, 31 de mayo de 2009
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